Nota: este texto fue escrito por Fermín durante mi estancia en el
hospital, en el transcurso de la cual tuve sucesivas crisis que hicieron
temer por mi vida. Quiso la casualidad que ese periodo coincidiera
con mi intervención en el Museo Artium.
1. Semana
Hemos
hablado por whatsapp: está enfermo y no ha podido pasar por el estudio para darme
el material para preparar el texto del museo. Tenemos tiempo. No pasa nada.
Me ha
llamado Lydia que Alberto está en el hospital. Voy a visitarle y le llevo una
edición de bolsillo de Lanzarote de Houellebecq; espero que el libro del viejo verde
le anime.
- Tengo sed, ¡dame agua!
- Tranquilo…
- que tengo sed, dame agua. ¡Joder!
Hablamos de
cosas intrascendentes.
Afirma el protagonista:
“de entre todos los animales de la creación, el camello es, sin discusión, uno
de los más agresivos y de los más malignos”
He estado dos veces en Lanzarote siempre le he recomendado que fuera para allí,
es “como estar en marte, te gustara”.
Houellebecq, en el libro, habla del
aburrimiento del turismo burgués. Para su narración inventa a un policía
jubilado, una secta hippy y una aventura sexual con dos turistas alemanas, y
describe tórridas escenas, posiblemente tomadas de una película porno vista en
el hotel de Lanzarote en el que suele esconderse.
2. Semana
Alberto ha
entrado en la UCI, ha empeorado. Voy a visitarle pero está sedado y enchufado a
una máquina; tiene una infección generalizada (sepsis) y han decidido
mantenerlo sedado. No sé si nos escucha. El médico nos dice que ha tenido una
crisis respiratoria.
Hemos hablado
muchas veces de su trabajo, sobre su definición de performance. Le gusta
utilizar esa noción cercana al trabajo de Bartolomé Ferrando: una obra
artística en la que la idea clave es la presencia del propio artista. Sin
embargo, creo que aunque pueda ser así, más o menos, en su trabajo existe siempre
una tensión constante entre la presencia del artista y la presencia de la
máquina. Siempre en busca de una estética hibrida, multidisciplinar, de esa
interacción directa con un posible receptor en un tiempo concreto que obliga no
solo a contemplación, sino a una experiencia inmersiva en el trabajo.
Si recordamos la referencia contemporánea a Tetsuo
1 y 2 de Shinya
Tsukamoto, películas con un discurso sobre la inminente e inevitable
identificación del hombre con la máquina -donde enseñan cómo el
metal se convierte en una imparable epidemia que contamina la carne humana,
fusionándose con ella- entendemos que
esta metáfora y la idea de lo post-humano (M. Perniola) son lo que inducen a
Alberto a desarrollar una estética de la “prótesis”
como verdadera identidad de sus trabajos más recientes.
Y como diría entonces Mark Dery en Velocidad de Escape “el artista es un guía en la evolución que
extrapola e imagina nuevas trayectorias…, un escultor genético que reestructura
e hipersensibiliza el cuerpo humano; un arquitecto de los espacios interiores
del cuerpo; un cirujano primigenio que implanta sueños y trasplanta deseos; un
alquimista de la evolución de mutaciones y transformador del paisaje humano”
3. Semana
Tengo que
ir a visitarle al hospital, pero cedo el turno a su hermano; parece que está
peor. Estamos todos en una gran incertidumbre. La enfermedad de Alberto, el
hospital, la espera…, todo deviene de repente, en irreal.
En Luz Fría (Cool light is Cold light),
Alberto estaba congelándose, literalmente, en una nevera, esperando que
alguien abriera la puerta. Mientras tanto en el viejo chat del IRC,
desconocidos lanzaban mensajes confusos e irrelevantes sobre quien abriría la
puerta, o se cuestionaban la propia realidad de la situación. El artista no
controlaba la situación, estaba a la espera.
En El éxtasis de la comunicación de Baudrillard (autor fetiche
para Alberto) describe los media como instrumentos de obscenidad, transparencia
y éxtasis. En esta época postmoderna la esfera privada -con sus reglas, ritos y
privacidad-, se exterioriza, se hace explícita y transparente, en un tipo de
obscenidad donde los procesos más íntimos de nuestra vida se vuelven el terreno
que sustenta virtualmente a los media. La obscenidad empieza precisamente
cuando no hay más espectáculo, no más escena; cuando todo se vuelve
transparencia y visibilidad inmediata: cuando todo se expone a la luz de la
información y la comunicación. “Hay que
revisar nuestro juicio frente a esta técnica ‘enajenante' que toda nuestra
filosofía crítica se esfuerza en denunciar”. En resumen, dejemos a las máquinas
ganar sobre el terreno en el que, por fuerza, van a vencer y subrayemos lo que
nos distingue de ellas: el placer, la embriaguez de vivir, la ironía.
4. Semana
Vuelvo a
verle; sigue enchufado a la máquina; sigue igual. Yo me derrumbó.
Ya lo decía Hölderlin:
"Allí donde está el peligro, allí crece también lo que salva". Dicho
de otro modo, allí donde se encuentra el mayor peligro se encuentra también la
salvación. La salvación está al borde del precipicio, y cada vez que nos
acercamos al peligro nos acercamos a la salvación. Es la paradoja de la
sociedad moderna, una paradoja que, por cierta, tampoco ayuda lo mas mínimo
frente a la incertidumbre de aquello que supone sucumbir a lo físico, a pasar
al otro lado.
Después
de la muerte de su padre en “En Canal” (1990) él y sus hermanos cogen uno de los pianos del fallecido y, mientras
su hermano Raúl interpreta una canción compuesta por el progenitor dedicada a
sus hijos, el resto de los hermanos destruyen el piano. Es su primera
performance. Leo
en una entrevista a Virilio (parece enfadado) que la única forma de escapar a
la vorágine del mundo contemporáneo es recuperar la lengua. La
salvación nos llegará por la escritura y por el lenguaje. Si reestructuramos la
lengua (los lenguajes) podremos resistir.
5. Semana
Ha mejorado,
la infección se ha parado. Sigue enchufado a la máquina pero está despierto;
intenta varias veces sacarse el tubo de la garganta. Sólo digo obviedades,
intento mantener la compostura; está mejor, se le cierran los ojos. El médico
nos habla delante de él.
Recuerdo
que en un viaje a Berlín, viendo una exposición, encontré un vídeo de un
artista chino (cuyo nombre no recuerdo), que era como aquel vídeo suyo de los
espejos. Nos reímos un rato. Se trata de una de
las performances más autónomas que ha hecho. Durante un seminario en Arteleku,
coloca espejos delante de la fachada de distintas instituciones de Donostia y
filma la imagen sin que se vea que es el reflejo de un espejo. Entonces,
aparece y lo rompe de un pisotón; aparece y lo rompe; y así con media docena de
lugares. Los espejos estallan una y otra vez. Es una de las pocas veces en las
cuales la obra y la documentación de esta son una acción en sí misma.
De esta primera experiencia, perdida en un
VHS, entendemos como Alberto valora el espacio a partir de la experiencia
de su propio cuerpo como interlocutor, y de la relación entre éste, el objeto y
los lugares (ideológicos) en que se enmarcan.
Digamos que, a partir de esta actitud punk, -porque
el vídeo lo es-, deriva en utilizar en
sus próximos trabajos recursos técnicos mucho más sofisticados, concibiendo la práctica artística como una especie de
actitud vital que debe tener una “función” social y que no puede estar al
margen del contexto en el que se inserta. Así, el proceso creativo se convierte en
fundamental, como parte de su contexto simbólico.
6. Semana
Me lo he
encontrado despierto, sin máquina y sentado. Está débil pero razona; me habla
de la rehabilitación. Avanza. Lo sacan de la UCI mañana. Dame agua.
La
velocidad, como afirma Virilio, es una amenaza tiránica que no se puede separar
de la riqueza, y la riqueza no se puede separar al poder. Así, podemos afirmar
que, la velocidad es el poder inmenso de cambiar los diferentes momentos en un
tiempo único.
“Quien dice poder,
dice, ante todo, poder democrático…, el poder es siempre el poder de controlar
un territorio mediante mensajeros, medios de transporte y de transmisión.”
Paul Virilio, 1997.
Cuando hablamos muchas veces de la tecnología, siempre llegamos a
cierta unanimidad al hablar de la fascinación
general por ella, pero, a la vez, de esa distancia que debemos mantener con
ella; como tiene una capacidad de facilitación, pero, a la vez, como opaca la
realidad; como de alguna manera, también cuenta con una capacidad de control,
que debemos ver con distancia. Por eso,
si hay algo en su trabajo es cierta reacción crítica con la industria de la tecnología, con el
poder.
Su
trabajo lo veo como un aviso sobre el uso de la tecnología, además de cierta
fascinación como posibilitadora de experiencias. “A mí me toca mucho los cojones la forma absolutamente
acrítica en la que hemos abordado el acceso a la tecnología. Ahí, están ganando
la batalla.”
Vuelve Virilio
a insistir, el arte se resiste a desaparecer en medio de la velocidad
controladora y absoluta, es una forma de persistencia en favor de las propias
emociones, divergiendo con la velocidad
de información que las ocupa y las manipula.
7. Semana
Está en
planta; está de buen humor. Ha venido la fisioterapeuta; hace un par de
sentadillas.
Cuando nos empezamos a conocer, Alberto me
pasó bastante música; la verdad es que no conocía nada de aquellos grupos.
Mucha música industrial de los 80 y 90. Recuerdo en particular un disco
plateado de Throbbing gristle.
La influencia de la música en el
planteamiento de su trabajo es fundamental y así me di cuenta al
investigar a la banda.
Throbbing
gristle -gracias a la tecnología
de la época, a través de manipulaciones bizarras de cintas,
secuencias, loops, ruidos y beats-, ponía en escena una actitud rebelde frente
a la música popular, a través de la alteración de las canciones melódicas que
predominaron el rock mainstream. Por este motivo, en vez de apelar a la
emoción, en sus conciertos radicales y perturbadores, sumaban a su música densa
y refractaria, imágenes de películas pornográficas y campos de concentración
nazis. En varias entrevistas, ellos mismos definían su música como “terrorismo
cultural”. Aunque su alcance mediático, nunca logró escapar del undergroud, su
influencia se deja sentir hasta hoy en las más variadas tendencias. Un grupo
que a pesar de los vinilos exigía una experiencia auditiva presencial, donde la
puesta en escena disparaba la posibilidad de interpretación de sus directos.
8. Semana
He vuelto por la mañana. Tiene hambre todo el rato.
Ha mejorado lo suficiente para que lo echen del hospital. Salimos al pasillo a
pasear. Vuelvo a ver a la fisioterapeuta. Hace unos ejercicios en el pasillo, y
le acompaño a la habitación. En dos días, en casa.
Releo una
entrevista suya, que ha aparecido al revisar su ordenador en los días de sedación.
“Tengo una idea bastante amplia de una pieza que
se llama "Dispositivos de
rotación y translación" y que la voy presentando varias veces a convocatorias de subvención y no me
la dan, entonces la disecciono. Es como un juego entre Hitchcock y Gilbert
&George muy raro, porque es una actitud de estar estático y que el resto se
esté moviendo y genere acercamientos y alejamientos. Al
diseccionar la pieza, todavía coge más fuerza. Decido que como yo tengo un ojo de cada color debe
tener dos proyecciones video, y
entonces por el propio mecanismo yo giro con una cámara vinculada a mí, y en
una de las imágenes que se forman (yo doblado) el público es
absorbido por la figura que se
forma al doblarme, y en
el otro es expulsado. Yo permanezco girando durante 45 minutos. El título lo
sugirió Fermín que era Go in go out, es decir, G&G, Gilbert &
George. Pero justo empiezo a estudiar
euskera y me pico y busco (con la ayuda del poeta Jon Gerediaga) “Aurrez
Aurre” A y A. Significa frente a frente,
cara a cara. Pero también es la inicial de mi nombre dos vece . Yo girando en
medio con mis dos alter egos, mirando frente a frente, al mismo tiempo yo estoy
mirando de frente al arte después de muchísimo tiempo y hacemos un juego. El ez
del aurre primero, los separa con una línea manteniendo la unidad, y provocando
la polisemia. Para mí los títulos son muy importantes. Y claro cuando empiezas
este juego, empieza a ser delante no delante, y esa es la pieza… La
máquina con la proyección de los dos
videos que se graban en la acción sin
mí sería la instalación, por eso que hablamos antes de la ausencia (no existe ausencia real si
antes no ha habido una presencia manifiesta) y funciona bien.”
9. Semana
He ido a su
casa; anda con un bastón. He ido a hacerle las compras. Esta es su otra gran
pasión. Yo la miro de reojo porque me nubla la vista el mundo mediático de la
gastronomía, pero él lo asume con normalidad. Reviso la documentación, y
encuentro un mail con una invitación para una de sus cenas temáticas, el menú
habla del negro y de la oscuridad del local donde va a celebrarse:
Aperitivos
Ñame con sal negra
Gominolas de vodka negro y cola
Gominolas de vodka negro y cola
Entrantes
Tizones de yuka con ali-oli de ajo negro
Croquetas fluidas rebozadas en lino y sesamo
Texturas vegetales calcinadas
Rissotto de arroz negro con trompetas
Segundos
Rape en costra de algas con aire
Solomillo a la cerveza negra
Postres
Helado de regaliz y su piruleta
Brownie de chocolate y ceniza
Sorbete de frutos negros
Helado de regaliz y su piruleta
Brownie de chocolate y ceniza
Sorbete de frutos negros
Recuerdo que cuando me llego el menú hablamos de
El elogio de la sombra de Tanizaki, un librillo en él que
se argumenta como en occidente siempre hemos ligado la belleza a la luz, a lo
brillante y a lo blanco, y que lo oscuro, lo negro siempre ha tenido una
connotación negativa. Y que, sin embargo, en Japón la sombra no tiene una acepción
negativa, y es considerada como parte de cierta belleza tradicional, necesaria
para el contraste. De ahí saltamos a un concepto más general de la belleza y
acabamos la conversación hablando de Zizek y su extravagante idea del amor, “LOVE
IS EVIL”
10. Semana
Nos
encontramos en una inauguración. Tomamos unas cervezas. Sigue con bastón y con
antibióticos. Hablamos del pesimismo generalizado y del futuro. Volvemos a lo
real, lo imaginario y lo simbólico: el rollo lacaniano.
Y volvemos
a interpretar el arte como esa metáfora que describe Brea en Un ruido secreto sobre la obra de
Duchamp. Dicha obra funciona como una máquina construida con la finalidad de
producir el secreto en su interior, de producirse a sí mismo precisamente como enigma. Su título apunta así a nombrar
esta misma condición -de máquina célibe que sea auto-produce como máquina-enigma,
como dispositivo productor de secreto, de un sonido secreto, de un sentido
secreto. ¿Podría entonces resolverse alguna vez su enigma?... “ -
11. Semana
Veo en
Facebook que ha vuelto al museo. De eso no hablamos. Parece que en estas once
semanas no ha pasado nada.
Y mientras
tanto, el artista, como dice Fernando Castro Florez “difícil vida, en verdad, la del guardián de la tumba:
necesitado de buenas dosis de maldad, astucia y diplomacia”.